Enciclopedia de las Micronaciones Wiki
Advertisement

El simulacionismo (del verbo simular[1]) es un término ambiguo acuñado durante la era Falsa que tiene por definición más próxima el que una persona o grupo de ellas intenten reproducir, imitar, hacerse pasar o hacer creer algo.

Según la Real Academia Española: "Representar algo, fingiendo o imitando lo que no es"[2].

En el entorno de las micronaciones vendrían a denotar ciertas acciones que pretenden fingir, reproducir o representar algo con visos de realidad, no obstante sus frecuentes partícipes lo emularon bajo distintos puntos de vista.

Contexto histórico[]

Deberíamos aclarar en primer lugar que las micronaciones no nacieron bajo premisas simulatorias o ficticias, como por ejemplo Baldonia Exterior, Sealand o Molossia, por el contrario nacieron con propósitos bastante concretos y reales, algunas con mayor éxito que otras; si bien esto puede diferir según la situación particular a examinar. Sin embargo, algunos incidentes en el devenir de las micronaciones produjeron una importante retracción en este campo que, unido a las ventajas y facilidad cada vez mayor del acceso a Internet, condujeron a los micronacionalistas a desenvolverse cada vez con más frecuencia en el medio virtual. Ciertamente, el recuerdo de los ataques o abusos sufridos, procedentes de los macroestados, en algunos casos pesaron grandemente en el ánimo de este colectivo; así, se pueden citar como ejemplos notorios la destrucción de la Isla de las Rosas y la ocupación de Tavolara por Italia, la expulsión de los creadores del arrecife artificial de Minerva por Tonga o el hostigamiento a Sealand por el Reino Unido.

Por ello tiene un enorme desarrollo el llamado, dentro del micronacionalismo hispanoparlante, digitalismo, en el que con diversas fórmulas se crean países virtuales en internet (países web, blog, RR.SS. o foro), llegándose a alcanzar en algunas micronaciones la fórmula del Estado digital, el cual únicamente opera en la esfera virtual de la red, que coexisten con las micronaciones que se consideran Estados físicos, es decir que operan en el mundo real (somatistas) y los Estados híbridos, que no renuncian a ninguna de las dos vías (esto según el criterio Físico-Digital).

La explosión de micronaciones digitales provocó un alud de proyectos no serios que se movían en una esfera lúdica —entretenimiento—, practicando una actividad propia de un mero juego de rol. Para diferenciarse de esa actividad recreativa, algunas las micronaciones se alineanaron en el denominado bloque secesionista, constituyendo barreras, mediante la diplomacia o la creación de organizaciones, que sirviéndose de algún filtro les permitieran mantener una separación con las anteriores, revelándose en general con el tiempo que eran sistemas poco eficaces.

Tras la aparente protección que sentían quienes operaban en el ciberespacio, respecto a posibles agresiones de los macroestados, junto con que se considera la red un espacio de libertad en el que es posible desarrollarse, el micronacionalismo formal y el secesionista, entiende que para que sus proyectos no sean simples portales colgados en la red, deben cumplir con los requisitos del Derecho Internacional de forma que no invaliden sus postulados. De ahí surge para algunos la necesidad de cumplimiento de la Convención de Montevideo o del refrendo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, cuestión que el Estado físico no ve como un imponderable, pero que lo precario del digital hace que en ellos se considere un aspecto más relevante. Para solventar el requisito de disponer de un territorio determinado hubo quien interpretó que el propio espacio virtual lo era, otros que bastaba con la reclamación de un territorio como disputa territorial, aunque fuera sobre el papel, y quienes llegaron más lejos considerando que para el reclamo podía recurrirse a un subterfugio y hacerlo corresponder con lugares poco o nada accesibles (oceánicos, antárticos o incluso de fuera del planeta).

Deriva en la que se llega al reclamo en ciertos casos de lugares intencionadamente inexistentes y, finalmente, de presuntos territorios virtuales, que no tienen necesariamente ni siquiera correspondencia con la realidad física. Es decir, se consideran en ciertos casos como territorios pretendidos espacios virtuales diseñados en un ordenador, cuya única existencia es la que figura plasmada en un portal. Tal simulación no es malintencionada, pero que arrastra a una ficción. Sin embargo, del mismo modo que los macroestados se permiten definir Estado a su conveniencia, la micronación digital lo define a su medida, por lo que es en cualquier caso una controversia no resuelta.

Cantabria roza el estado de actividad

Cantabria roza el Estado de Actividad (editorial). El Intermicronacional, 12 de junio de 2010.

En el desarrollo de los portales digitales, se vio la necesidad de incorporar herramientas que dieran mayor actividad a sus sitios, para atraer nuevos ciudadanos y para satisfacer la demanda de los ya existentes; en dicha línea se planteó el estado de actividad, en el que el portal debía interactuar con el internauta para que fuera una experiencia más interesante para el visitante del mismo. Eso llevó a crear espacios en los portales que emulaban la realidad, como una ciudad digital. El modelo, muy interesante en inicio, se esperaba que daría pie a nuevas funcionalidades y que, en un contexto virtual, operaría como una entidad real, donde las personas interactuarían con la interfaz y entre ellas. No obstante, en esa dinámica, ciertas micronaciones derivaron su actividad a la simulación, activando herramientas ajenas a toda realidad como ciudadanos virtuales, economía simulada, teóricos servicios secretos, conflictos bélicos[3] etc. Sin solución de continuidad que hacía indistinguible la actividad real seria, con la actividad virtual simulada.

Simulacionismo en las micronaciones[]

Si bien durante la era Falsa el simulacionismo tuvo en principio un gran respaldo (entre algunos miembros de la posterior OMU y la UME), sus consecuencias subsiguientes fueron nefastas. El método de simulación producía grandes experimentaciones como vía principal el Internet, además de la posibilidad de crear teóricas visas con estos métodos. Sin embargo, como la misma OMU y UME, los que producían esta simulación eran en si micronaciones simuladas. Esto fue aprovechado por la UME (que no era nada más que una multicuenta -MultiAccount-) y emprendió una dura crítica y campaña contra los sistemas simulatorios por no ajustarse a la realidad (y por la teórica mayoría somatista, ya que estos también fundaron un Mundo Digital).

De ahí se sacaron muchas conclusiones que hasta días actuales se sigue debatiendo, sobre el papel de la simulación y el simular acciones que van mas allá de la propia ficción micronacional. Podría considerarse en la historia comunitaria hispanohablante un importante punto de inflexión, pues en función de estos eventos se desencadenó una ruptura irremediable entre los micronacionalistas y micronaciones de este espacio lingüístico.

De hecho debido al "percibido" hermetismo de la OMU en el mundo micronacional y a los tejemanejes del Cuervo muchas fueron las micronaciones que tomaron de modelo el simulacionismo, en su mayoría unipersonal, al haberse aceptado ordinariamente en los portales Wiki de micronaciones de aquella etapa el criterio Físico-Digital. Las personas que ingresaban a las Wiki aceptaron tácitamente estas doctrinas sin llegar a comprender del todo sus enfoques o la historia detrás de ellas, de sus ideólogos o de sus experimentos, fallidos o exitosos. Sin experiencia en el medio, en las micronaciones y sin guía, muchos usuarios empezaron a imaginarse sus propias micronaciones sin visos de realidad física o reclamos reales, tal como habían hecho las micronaciones digitales en el pasado o seguían haciendo, fuesen algunas más o menos serias.

Si bien existen micronaciones y personalidades digitales que pretenden separarse de estos hechos más lúdicos o recreativos, mostrando su disconformidad no aceptándolos o no tratando con ellos, lo cierto es que que la falta de evidente encuadre entre lo que es simulado, digital o fingido no ayuda a poder discernirlos de forma clara y concisa, incluso en ocasiones pareciendo hasta contradictorios si han tratado de definirse, ya que parten de la misma base: alejarse de hechos físicos o de una realidad material objetiva y usar únicamente el Internet. A esto Raziel Brenes Zuri ejemplificó en el Congreso Micronacional de Sevilla que la solución sería que estas micronaciones aceptasen e informasen en primer lugar ser micronaciones simuladas o juegos de rol para poder evitar estas confusiones; si bien es cierto que ninguna micronación digital ha llegado a practicar dicho remedio o porque no quiere reconocerlo o no lo reconoce como tal.

Fueron la Birrepública de Hispanova y la Soberanía de Trobat las únicas que se apartaron del simulacionismo durante la era Falsa. Partícipes del Congreso de Sevilla de 2013 rechazaron la práctica simulatoria y plantearon fijar como modelos ideales las micronaciones histórica, que nunca fueron entidades simuladas ni ficticias. A modo de reacción algunos micronacionalistas que reprobaban el simulacionismo, tratando de separarse de los hechos falsarios del Cuervo ya que los denominados somatistas también eran entidades simuladas, idearon —voluntarismo-formalismo— o recuperaron —secesionismo— criterios para clasificar las micronaciones y abandonar los que venían siendo habituales.

¿Una micronación puede ser simulatoria?[]

Es un tema candente y que ha dividido a algunas micronaciones hispanohablantes. Realmente de primeras una micronación podría ser simulada tanto como un tipo de ejercicio de entretenimiento, de juego de rol o como un medio para poder llevar adelante ciertos proyectos a priori imposibles de realizar: como dinero, tipos de crédito, intercambios, etcétera. Pero si nos ceñimos al significado de la palabra simular nos da a entender que el hecho de que te hagas pasar por una micronación o personalidad quiere decir que esa micronación está siendo fingida, es decir que no se ajusta a la realidad de los hechos. A últimas instancias sería una micronación que es ficticia, que no es verdadera.

Existen detractores de la idea de simular micronaciones que durante la era Falsa acompañaron al malestar general de algunos micronacionalistas contra la OMU y Timeria-UME; llevando a exponer el fracaso del micronacionalismo hispanoparlante en los Wiki Media, tal como hicieron Juan Carlos Valls O'Donnell de estos sucesos en la antigua Wikia[4] y a los mismos que recalcó tiempo atrás Vicente del Estado Soberano de Hezpenya, ambos ignorados. Igualmente existen defensores del simulacionismo con propuestas experimentales y que prosiguen su actividad de forma simulada gracias a Internet, si bien el debate no se cierne, puntualmente, en cuan legítima es o no es hacer esa actividad particular, sino que estas sean circunscritas a actividades simulatorias o de juegos de rol de forma clara para evitar confusiones, cosa que muchas no quieren reconocer en sus portales cuando más evidentes son.

¿Ludismo y simulacionismo son lo mismo?[]

Este debate surgió en el seno de la OMU y fue visto por algunos críticos como una forma de práctica intolerante y, cuanto menos, incoherente, ya que algunas micronaciones digitales miembros de dicha organización emulan, mediante prácticas digitales, hechos de simulación; algunos más plausibles que otros. Contrariamente la OMU no lo considera así, sino como una forma válida de hacer valer sus propios estatutos y poder distinguirse de las micronaciones mas informales.

En uno de los debates protagonizados por Luis Saint-Meran y J. C. Valls, éste último llegó a defender que si entendemos por lúdico una forma de entretenimiento, dudaría que las personas creasen micronaciones necesariamente por disgusto u obligación, frente la idea de Luis y la OMU de calificarlo como algo que no tenía cabida entre ellos en especial y en el micronacionalismo en general. A la contra, Luis Saint-Meran llegó a defender el simulacionismo, ya que consideraba que todas las micronaciones son simulaciones. Sea como sea ambas definiciones dadas son erróneas de base, al menos en lo que la lengua castellana se refiere y a la historia general de las micronaciones mas relevantes en el mundo.

Reconoce1

Luis Saint-Meran, de Asgaria, en el foro de la OMU: "Todas las micronaciones tienen simulación, la misma reproducción micronacional es una simulación".

Pero como ya mencionamos anteriormente la delgada línea que separar los actos lúdicos y simulados es bastante fina en este medio, por que lo usual es que vayan acompañados. Ateniéndonos en lo que nos dice la RAE entedemos por lúdico "perteneciente o relativo al juego".[5] Dentro de lo lúdico el simulacionismo tuvo un papel preponderante en las Wikis de micronaciones, alcanzando tanta notoriedad que caracterizó a toda etapa fraudulenta. Por esto, se deja claro que el simulacionismo y el ludismo no son sinónimos, pero la combinación de estos factores ayuda a acrecentarlos conjuntamente.

Micronación bloguera[]

Una de las últimas controversias en cuanto simulación se refiere consiste en cuan legítimo es usar un blog que sirva como portal o medio de comunicación de una micronación. En principio la mayor parte de las micronaciones usan blogs, páginas webs, foros o las redes sociales para poder mantenerse en contacto con otras micronaciones o ciudadanos y, al igual que los macroestados, estos usan Internet para representar a sus gobiernos o ciertas instituciones, por lo que es razonable usarlos como un medio fiable.

Ya la polémica está servida cuando la micronación es única y exclusivamente un blog, sea porque es una micronación de corte digital o porque sea una simulación. Durante la era Falsa el denominado Cuervo recreó varios blogs y portales para representar a sus micronaciones simuladas, por muy defensoras del criterio físiquista que fueran, exponiendo datos falsos que involucraban personalidades, economía, sociedad, etc. Esto introduce a las micronaciones blogueras en la disputa anteriormente citadas, sumándose al disentimiento de las posiciones más contrarias al simulacionismo o al digitalismo.

Micronaciones simulatorias[]

Referencias[]

Advertisement